Haciendo la lectura de la publicación previa en Contenido Original,cuyo autor @irvinc fue explicito en la importancia de la libertad de prensa como medio de expresión de las ideas, no pude menos que reparar en la poca conciencia que existe sobre el milagro de las telecomunicaiones. Sin ellas, por mucha libertad de prensa que goce un país, sería un desafío tremendo salvar las distancias para la difusión del pensamiento independiente.
Hace 50 años, un 17 de Mayo, se creo la Unión Internacional de las Telecomunicaciones con el fin de llegar acuerdos entre los países para la normalización de la transferencia de información por medios radio-eléctricos y electrónicos; nacía así la Sociedad de la Información derivada de los esfuerzos mancomunados entre los ingenieros y los productores de información. Y ese día fue declarado por la O.N.U. como el «Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información»
Animación 50 aniversario de la UTI, fuente
Contexto
Establecer un punto de comparación para denotar la importancia de las telecomunicaciones en nuestra vida diaria, sería un reto enorme porque damos por hecho un servicio que -a todas luces- pasa por aquellas cosas que consideramos «naturales» y, además, han llegado a ser consideradas un «derecho humano» inequívoco.
Pero aún cuando los científicos han advertido que una llamarada solar suficientemente devastadora, podría enviar al planeta tierra al siglo XIV; no hay que ir muy lejos para el mayor ejemplo que pudimos vivir sobre el caos que significa telecomunicaciones fallidas: 17 de Marzo, Venezuela, un apagón que duró al menos 96 horas en el país hizo que la infraestructura de telecomunicaciones colapsara.
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Ansiedad
No vamos abundar acá sobre los miles de dramas que se desarrollaron a partir de la mega falla, la prensa internacional se ha ocupado de ello; pero lo que sí deseamos remarcar son las consecuencias de algo parecido que sucediera a nivel global. Es decir, no hay suficiente combustible ni baterías, que soporten algo tan nefasto como una caída de la red mundial de telecomunicaciones. Algo así sería catastrófico y bien le haría a la humanidad, aprender sobre el caso Venezuela para prevenir o minimizar el impacto que supone miles de millones de personas desinformadas.
Sólo por nombrar una de las dramáticas consecuencias: la ansiedad. Es bien sabido que los Psicólogos ya le han puesto nombre al desorden del nuevo milenio: Nomofobia, este se caracteriza por el miedo y ansiedad producidos por estar sin acceso a un teléfono móvil. Imagine su vida sin poder hacer lo que usted hace normalmente con un «Smartphone», sin acceso a recarga eléctrica o peor aún, sin poder transmitir data, podríamos entonces estar claros a donde queremos llegar con el llamado de atención.
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TIC’s
Otro ejemplo sobre la conciencia de la importancia de las telecomunicaciones lo constituye la transferencia de conocimiento a distancia, la cual no sería posible sin redes de telecomunicación efectivas. Imaginen la falta de evolución de la infraestructura, como ejemplo: he tenido el privilegio de vivir ambas épocas, es decir, cuando no existía internet y la actual. Puedo dar fe del salto que la humanidad ha dado en el acceso a la información porque he podido comparar ambas épocas. Antes a las personas se le estimaba por el conocimiento que poseían, esto pasó a un segundo plano, porque hoy día es más valorado -y con razón- cuánta información puede manejar esta persona y como le saca mayor provecho.
Es entonces cuando bases de datos de sitios como Amazon o Alibaba -por mencionar dos gigantes de las ventas al por menor en línea- no podrían albergar miles de productos y colocar estos al toque de un clic en vuestros ordenadores. Los datos, si no pueden ser transmitidos no sirven de nada y he ahí lo maravilloso del «milagro» de las telecomunicaciones.
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Experiencia
Como Ingeniero de Sistemas, mención telecomunicaciones, he liderado el montaje de varios «data-centers» en el pasado y recuerdo que cada vez que terminamos uno, me preguntaba si las personas que estaban frente a una pantalla, imaginaban la cantidad de esfuerzo que hay detrás, en el «back-end», y luego, me respondía a mí mismo, que no, no tenían porqué saberlo. Al final, solo les pagaban para hacer su trabajo y no para estar imaginando cosas que no eran de utilidad.
Sin embargo, cuando requerían servicio técnico para esos mismos centro de datos, las cosas cambiaban por la «urgencia» de estar produciendo, de enviar miles de correos electrónicos o informes de desempeño para la toma de decisiones, cual sangre en las venas, por las redes incansables de telecomunicación. Nos aleccionaban sobre el porqué era importante estar «en línea» de nuevo, en el menor tiempo posible, sin reparar en lo que escapaba de nuestras manos, si su ISP (anglicismo y siglas de: «Internet Service Provider») no estaba transmitiendo datos por mal servicio o un corte de fibra.
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Meollo
En la Universidad tuve la oportunidad de tropezar con profesores maravillosos, uno de ellos, en una oportunidad, nos retó a montar una exposición con modelos a escala de satélites de transmisión. La investigación al respecto fue fascinante y no abundaremos en detalles técnicos respecto a la forma de empaquetamiento y envío de señales. Basta decir que sin la existencia de estos armatostes en la órbita terrestre sería imposible que ocurriera el «milagro». Así mismo sin torres de tierra que recogieran y retransmitieran las señales, sin antenas rastreadoras, sin cableado estructurado y un sin fín de equipo que no mencionaré, pues, sería bastante difícil hacer que millones de personas accedieran a la información.
La humanidad entera va al ritmo del acceso a la información, las brechas entre el mundo rural y el mundo citadino se han venido cerrando y lo que falta por transitar dependerá en demasía, de brindar acceso a millones de personas que, increíblemente, todavía permanecen en las penumbras por falta de infraestructura. Los países pobres deben y tienen que poder allanar ese camino, para incorporar al resto de los seres humanos y favorecer un mundo sostenible e informado. Eso sólo será posible con el apoyo de países más favorecidos.
Y las telecomunicaciones serán el aliado perfecto para ello.
Escrito por: @fermionico
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