Noticias falsas y odio cibernético | Contenido Original

Un desafío constante resulta traer temas de actualidad a las páginas de Contenido Original y para esta oportunidad nos debatíamos entre desarrollar una especie de balance sobre el #NewSteem o escribir sobre el Día Mundial de la Información y el Desarrollo, establecido por Naciones Unidas (O.N.U.) en 2.010 cada 24 de Octubre, con el fin de concienciar sobre la brecha que existe entre la cuarta parte de la población mundial que accede a información y las otras tres cuartas partes que están aisladas de las nuevas tecnologías, que permitan acceder a información oportuna y ayude a estos habitantes desinformados, conseguir el desarrollo económico sostenible.

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Fuente: O.N.U.


Pero ¿Y de qué manera podemos alimentar el debate sobre un tema global que es tan difuso como controversial? Decidimos atraer la atención sobre dos retos que implican a todas las personas que ya tienen acceso a la información, porque están conectadas a internet: la noticia falsa y el odio cibernético. ¿Dos temas en lugar de uno? Pues, digamos que ambos se encuentran emparentados, porque son dos consecuencias del uso de la autopista de la información.

La noticias falsas o «Fake News» no son sino una de las consecuencias del mal uso del poder político y económico, con la finalidad de crear matrices de opinión para la liquidación del adversario. El ser humano es mentiroso por naturaleza y clasifica incluso sus mentiras: ¿Alguna vez escuchó el término «mentira blanca»? Y este mecanismo lo ha usado a través de la historia a su conveniencia. Se dice que una persona miente un promedio de tres veces por cada 10 minutos de conversación contínua. La cuestión acá no es si esto es cierto o no, el asunto pasa por el tamiz de un valor tan básico como la honestidad.

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Fuente: imagen editada de Pixabay


Partiendo de aquella premisa en la que casi toda persona madura se queja: «es que se han perdido los valores», la realidad: es más cómodo no criar y lo haga otro(a), que asumir las consecuencias de ser impopular ante los hijos. Más allá de esto, el punto es, que si el ser humano tiene instalado el «programa» mentir por aquello de ser un mecanismo natural de defensa; es fácil entrever que será fácil mentir a otras personas que siquiera conoce.

Y es aquí donde la cosa se pone color de hormiga. Alimentados por creencias y posiciones ideológicas, el nuevo «periodismo» se construye desde grandes centros de datos, con personas contratadas para escribir falsedades que tienen como objetivo confundir la opinión pública. Ni siquiera se necesita estar empleado para echar a rodar una noticia falsa: una conexión a internet, un blog de apariencia respetable y mucha verborrea es suficiente para crear toda una matriz de opinión, respecto de alguien o de cualquier organización.

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Fuente: imagen editada de Pixabay


Repare usted en las noticias que se comparten en redes sociales, por ejemplo, y entenderá que le estamos intentando explicar. Si a esto sumamos la compulsión de las personas a compartir información ANTES de confirmar la noticia con un medio de comunicación serio y de reputación veraz, pues el caldo de cultivo para una hecatombe de grandes proporciones está listo.

Hace muchos años, en un programa de radio emitido el día de Halloween de 1.938, Orson Welles narró el primer capítulo de una novela llamada «La Guerra de los Mundos». Desde ese momento se demostró el poder de los medios de comunicación, porque la gente empezó a llamar a la policía pensando que los extraterrestres, en verdad habían aterrizado en nuestro planeta. Algo parecido a esto está sucediendo con las noticias falsas.

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Fuente: imagen editada de Pixabay


¿Y qué decir del «odio cibernético»? Un término acuñado por sociólogos y psicólogos para explicar la histeria colectiva de quienes piensan diferente a la persona promedio, usan las redes sociales para ofender y agredir a las otras personas con el único fin de hacerlas sentir mal. Si solo una cuarta parte de los habitantes del planeta tienen acceso a las redes sociales ¿imagina usted un mundo donde el 100% de las personas estén conectadas?

¿Y cómo enfrentar esta realidad? Es una tarea hercúlea abordar todas las aristas de un problema que es colectivo y que necesita voluntad política para ser resuelto, además, están los intereses personales de la élite mundial de por medio. La realidad es que todo comienza en el hogar, pero con padres y madres menos dispuestos a formar desde los valores, que quieren ser “amigos(as)” de sus hijos, que han desdibujado el papel que les corresponde ejercer aupados por sociedades “más inclusivas”. se nos hace cuesta arriba entender cómo la humanidad enderezará el entuerto.

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Fuente: imagen editada de Pixabay


Recordamos cuando, una vez, un exjefe nos alentaba a tomar decisiones, tuvieran la consecuencia que tuvieran. Sin mucha madurez para la época, podría decir que era una apuesta por nuestro sentido común. Hoy día al verlo en retrospectiva, nos habría encantado tener más experiencia para discernir las consecuencias de cualquier decisión. ¿Qué tiene que ver esto con el tema que nos ocupa?

Pues que la raza humana enfrenta el dilema de hacer exponencial el acceso de la información, con el control de la veracidad de aquello que compartimos como noticia y de cómo tratamos a las personas en las redes sociales. Y esa es una decisión que marcará el futuro de nuestro planeta. Sin un marco legal convincente, el concurso de los líderes mundiales y la sociedad civil, las consecuencias de las noticias falsas y el odio cibernético pueden ser inconmensurables ¿Qué cree usted?

Escrito por: @fermionico


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