La Partícula de Isabella | Contenido Original

¿Alguna vez se imaginaron un mundo donde podríamos movernos de un lugar a otro en cuestión de segundos? Pues yo sí. Lamentablemente nunca me quisieron hacer caso, llámenle vanidad, soberbia, machismo o cualquier otra cosa que les venga a la mente pero nada de eso me detuvo.

Hoy les voy a contar una historia muy particular, el día que nació una tecnología que revolucionó el mundo; el día que nació la teoría que cambiaría a la humanidad para siempre.

marcolivierjodoinNqOInJttqMunsplash.jpg
Photo by Marc-Olivier Jodoin on Unsplash

Estamos en el año 2040, acabamos de salir de una de las crisis energéticas más terribles de la humanidad, aún mis padres tienenesos recuerdos de lo devastador que fue el COVID-19 y pensaron que no sucedería algo más terrible que ello, sin embargo, la humanidad llegó al borde del colapso energético por la sobrepoblación.

Muchos seres humanos migraron a Marte y la colonia lleva ya unos 15 años en funcionamiento, yo tenía apenas unos 5 años de edad en ese entonces, le hicieron una oferta a mis padres que era bastante tentativa, pero decidieron que nos quedaríamos aquí en nuestro planeta para poder aportar cosas que nos permitieran preservarlo en estabilidad porque ya el problema mayor estaba resuelto.

thisisengineeringraeng04y9odvfymwunsplash.jpg
Photo by ThisisEngineering RAEng on Unsplash

Desde que tengo uso de razón me ha fascinado el mundo de la ciencia; mis padres siempre me dejaban ver programas de científicos famosos en mi máquina de hologramas, además de ello, estudié a profundidad el trabajo que se realizó para la cura contra el cáncer y contra el COVID-19, era una inspiración increíble para mí.

Mi madre es biólogo y mi padre es físico, ambos me inculcaron el mundo de la ciencia y me llevaron a luchar por cambiar el mundo de alguna forma, eso me llevó a desarrollar la investigación de mi vida: una manera para trasladarnos de un punto a otro en cuestión de segundos.

mathewschwartzsb7RUrRMaC4unsplash.jpg
Photo by Mathew Schwartz on Unsplash

Recuerdo que mis padres me hablaron de una investigación que se estaba llevando a cabo antes de que yo naciera, la cuál se denominó «la partícula de Dios», esta era una partícula que recogía masa y le daba tamaño y forma, con ella se podía explicar el inicio del universo; sin embargo, la investigación se abandonó una vez la humanidad puso rumbo hacia Marte, pues ya no le interesaba saber dónde comenzó todo.

Obtuve acceso a la documentación de dicha investigación y la utilicé con otro sentido; desde que nací, los seres humanos estaban buscando una manera de poder acelerar el desplazamiento a través de las ciudades y el transporte más rápido eran unos vehículos eléctricos que podían alcanzar unos 500 km/h, me tomó aproximadamente un par de años el poder crear mi teoría sobre la teletransportación y mis pruebas piloto salieron increíblemente bien, ya era hora de mostrar mi creación al mundo entero.

drewhaystGYrlchfObEunsplash.jpg
Photo by Drew Hays on Unsplash

Estuve desarrollando mi teoría durante 3 años, fue bastante complicado porque aunque tenía padres científicos, la comunidad me creía muy joven para desarrollar una teoría tan compleja, además de desestimar mi trabajo por ser tan solo una niña, viví rodeada de muchas personas que me subestimaban y me colocaban muchísimas trabas para no lograr mi cometido.

Recuerdo que me cerraron un par de laboratorios, destruyeron pruebas que duré meses preparando para que todo saliera como era debido y no fue sino hasta un día en el que realizaba una prueba en un pequeño laboratorio que creé en casa en el que pude teletransportar una pequeña uva desde uno de los rincones de dicho laboratorio hasta la otra esquina; no podía creer lo que mis ojos vieron y la felicidad no cabía en mi ser.

thisisengineeringraengCnDBjaddRWsunsplash.jpg
Photo by ThisisEngineering RAEng on Unsplash

Le mostré mis avances a mis padres y ellos me recomendaron un grupo de personas que estaban de acuerdo en trabajar conmigo, estoy muy segura de que sin la ayuda de ellos no habría podido llegar tan lejos como lo hice; hicimos una cantidad absurda de pruebas antes de hacer la presentación a la comunidad científica, porque por supuesto, queríamos tener todo bajo control y tener la documentación al día en caso de cualquier pregunta.

Llegado el día, recuerdo que mis nervios estaban de punta, no podía creer lo que estaba a punto de hacer; luego de tantos años de ser excluída, denigrada y subestimada por la comunidad científica, ese día me tocó ser líder, jamás había hablado en frente de tantas personas, pero el proyecto había salido bien, sabía que esto iba a cambiar el mundo como lo conocíamos.

evangelineshawysbTWw4hrG4unsplash.jpg
Photo by Evangeline Shaw on Unsplash

Antes de comenzar mi ponencia, recuerdo que una persona se puso de pie e hizo una pregunta con un tono de burla que jamas olvidaré:

«¿Esto es en serio? ¿Una niña de 18 años nos va a dar una charla?»
Mi equipo me decía que no le prestara atención pero me indigné tanto que tuve que tomarme un momento y dar un pequeño discurso de introducción antes de realizar mi ponencia, recuerdo que decía algo como:
«Pensé que las bienvenidas a estas conferencias se realizaban de diferente forma, pero está bien, entiendo que reflejen en mí sus miedos y frustraciones del hecho de que yo haya logrado con mis 18 años de edad lo que ustedes no han podido lograr en décadas; disculpen si sueno arrogante, pero pensé que los científicos se apoyaban entre ellos…»
Las personas me miraban con asombro por lo fuerte que fue mi discurso, sin embargo luego me disculpé por dejarme llevar por mis emociones y comencé a realizar mi ponencia.

Todavía recuerdo la cara de la misma señora que hizo esa pregunta en tono burlón, cuando hice que una manzana pudiera ser teletransportada de una de las mesas que tenía cerca de mí, a una mesa que estaba a pocos centímetros de ella; tenía una expresión de asombro y miedo a la vez, fue espectacular.

Luego de aquella demostración, recuerdo que hubo un silencio muy extraño como por unos 10 segundos y luego escuché una de las ovaciones más épicas que he recibido en mi vida; era una cantidad de aplausos que no podía contar por mucho que lo intentara, ya era un hecho, mi teoría había sido aceptada.

thisisengineeringraengkiVBdtYILQcunsplash.jpg
Photo by ThisisEngineering RAEng on Unsplash

Recuerdo que me preguntaron mi nombre en aquél momento y por supuesto se los dije, mi nombre es Isabella Martins, todavía no me había graduado, aún seguía estudiando en la universidad, pero ya había logrado algo que me dejó increíblemente orgullosa, me otorgaron una beca inclusive para continuar mis investigaciones durante mis estudios, además de prestarme los laboratorios de la universidad como incentivo.

Hoy, dos años después de aquél día, estoy a punto de recibir un Premio Nobel en Física por el mayor descubrimiento de la cuarta década del siglo XXI, el cuál la comunidad científica denominó: «La Partícula de Isabella», ¿podrían creerlo?

thisisengineeringraengJzdrZzZ50tAunsplash.jpg
Photo by ThisisEngineering RAEng on Unsplash

Esta publicación es realizada en conmemoración del Día Internacional de La Mujer y La Niña en la Ciencia, decretado el 11 de Febrero por la Organización de las Naciones Unidas como un día para reflexionar sobre el rol protagónico que hoy en día tienen las mujeres en el mundo de las ciencias, tomando como un ejemplo de primera mano la lucha contra el COVID-19 en la actualidad.


Escrito y diagramado: @ilazramusic

Edición: @fermionico

Pie de página Cervantes.png

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.