El viaje entre lo virtual y lo real | Contenido Original

Ella está emocionada, por fin conocerá en persona a sus abuelos. Durante años, solo los vio en las pequeñas pantallas de los teléfonos inteligentes de sus padres. Dialogó con ellos muchas veces, pero jamás les había dado un beso, ni mucho menos un abrazo en el mundo real.

Viajar en avión es prohibitivo, razón por la cual ahorró por más de un año una parte considerable del salario, que como mantenedora de software recibe mes a mes para costear el periplo a través de cinco países y llegar al lugar donde nació su padre. 

Creció en un entorno rural, en contacto con la naturaleza y con los animales, núcleo de recuerdos de travesuras inolvidables. No obstante, a medida que pasaba el tiempo, también la tecnología fue poco a poco reemplazando lo natural con lo digital, dándole una nueva forma de entender e interactuar con el mundo.


La economía adoptó un modelo mixto, una mezcla de lo añejo con lo esnob que matizó las relaciones entre la gente. Además, las reiteradas olas y brotes de enfermedades contagiosas hizo que las personas buscarán la protección del mundo digital.

Sin embargo, una vida más ascética y el roce en decadencia también trajo trastornos en la normalidad de las generaciones precedentes. Ella era parte de una generación autocontenida y que veía normal aquello de lo que los mayores protestaban con nostalgia.

Embarcada en el transporte, sacó de la mochila el delgado y flexible dispositivo que colocó al frente del asiento delimitado por una membrana transparente y envolvente que la aislaba. Por fortuna, no es claustrofóbica, el viaje tardará no menos de cuatro días, en la que estará en línea con la empresa para corregir los fallos en los códigos que le asigna constantemente la central.


Tiene suerte en el cada vez más restrictivo mercado laboral de contar con la pericia en una área funcional no integrada a la inteligencia artificial. No obstante, sabe que más temprano que tarde, ella terminará siendo reemplazada por algún Bot, tal como lo fue su mejor amiga. Mientras tanto, cuida de hacer lo mejor posible.

Las ventanas fotocromáticas hacen posible disfrutar el paisaje sin importar que sea de día o de noche. El avance es silencioso y no se sienten baches. Al no ser por las imágenes sucesivas a través de las ventanas, podría parecer que aún están inmóviles.

Antes de sumergirse en el trabajo, observa alrededor. Ve jóvenes como ella manipulando dispositivos transparentes tales como el que tiene entre las manos. Piensa, «tal vez conozca a más de uno en el metaverso». Decide preguntar, dentro de la simulación realista, quién la acompaña en el transporte.


Un joven apuesto levanta la cabeza y contesta que él.

Ella está maravillada: es la primera vez que coincide con alguien, además de sus padres, tanto en el plano físico como virtual. 

Titubea por un instante, ante el impulso de desconectarse y establecer contacto con el joven, pero desiste al recordar las estrictas normas sobre el distanciamiento social.  El viaje que tanto anheló podría acabar en un solo acto, y quedar recluida en la zona para los rebeldes.

Así que, ella caminó hacía él a través de la sala virtual. Su rostro perfecto le era desconocido, más sus ademanes y expresiones, no.

Él toma la iniciativa y le dice como si le leyera el pensamiento: 

–¡Tranquila, permanezcamos aquí!


Cogida por sorpresa le contesta que está bien.

Entablan un ritual de saludos que solo ella ha visto en viejas películas a la que él responde con total espontaneidad. Pasan las horas, la compañía le agrada hasta que decide dejarle en virtud del trabajo pendiente.

Él ofrece ayudarla, con el pretexto de no tener nada que hacer. Ella sonríe mientras piensa en lo enmarañado de sus labores como mantenedora de software y con picardía acepta. Imagina vapulear el ego del hombre en un terreno que supuestamente es velado para las mujeres.

Ambos toman asiento frente a una pizarra que emerge de la nada. Líneas de códigos rotos esperan a hacer redimido en tiempo real.

Él se lleva la mano a la barbilla, mientras dice que no se ve tan difícil. Guarda silencio hasta que sugiere modificar el algoritmo subyacente para optimizar el código. 


Con detenimiento ella evalúa la sugerencia y sorprendida asiente sobre la propuesta, la cual es viable pero mejorable. 

Así que, durante los cuatro días de viaje, solo interrumpidos para comer y dormir, ambos optimizaron cientos de líneas de códigos mientras departían amenamente.

Ya al final del viaje, una duda asaltó su mente y sin pensarlo le preguntó.

—¿De dónde te conozco?

—¿Por qué tal pregunta? –, replicó sonriendo. 

El transporte se detuvo enfrente del andén principal.

—Bueno, hemos llegado a nuestro destino, sano y salvo.

—¿Te volveré a ver? —, preguntó ella.

—¡Por supuesto! Anda ve a ver a tu abuela.

—¡Un momento! ¿Cómo sabes que voy a ver a mi abuela?


Ella terminó por desconectarse del metaverso y giró en búsqueda del apuesto rostro. Vio con atención a la gente bajarse del transporte, pero ninguno coincidía con el de su compañero de viaje.

Tomó la mochila y salió de última. Por la ventana de una amplia sala vio a la abuela esperándola. Luego de veinte años, pudo abrazar y besar a la abuela ante la mirada perpleja de la gente del lugar.

—¡Abuela, vámonos pronto de aquí! ¿Dónde está el abuelo?

—¡En el carro, esperándote!

Un carro clásico de finales de la primera década del siglo está aparcado en el estacionamiento. El abuelo coloca el dispositivo transparente y flexible al lado del asiento del copiloto. 

Los ademanes lo delatan, cae en cuenta que el apuesto hombre que la acompañó todo el viaje fue su abuelo.

—¡Abuelo, me engañaste todo el tiempo! ¡Y yo pensaba en que esta tecnología era incomprensible para ti!

—Te amo preciosa —, rió con frescura, añadiendo. —¡Hija, mi generación fue quién la inventó todo para bien o para mal!

Entonces él la abrazó y la besó mientras pensaba en el milagro de la vida real.

El relato está inspirado en el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Personas de Edad, acordado para el 1 de octubre de cada año por la Organización de las Naciones Unidas con el propósito de garantizar que las personas mayores tengan un trato justo y decente.

En tal sentido, el objetivo de la ONU para este año en este sentido, es promover la inclusión de las personas de edad avanzada en el mundo digital.


Escrito por: @janaveda

Edición e imágenes: @fermionico


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