Últimamente veo con mucha preocupación cómo la sociedad se está hundiendo en un cúmulo de oscuridad absoluta dentro de sus propios seres; vemos como el caos reina en todas partes, haciendo alusión al hecho de que resultaría ser más fácil para nosotros matarnos entre sí que entendernos, cuando la evolución —aún con sus detalles entre guerras y contextos— nos ha llevado a encontrar la paz de muchas maneras.
Pareciera que estuviéramos bajo alguna especie de hechizo que nos obligara a tomar decisiones que fueran en pro de lo negativo en todo momento, haciendo que la vida sea más pesada y, de hecho, las redes sociales están ayudando mucho a que se difunda este mensaje de desidia, partiendo del hecho de hacerle creer al ser humano que la vida es un trayecto oscuro lleno de fracaso, tristeza, ansiedad y melancolía.
Existen tantos factores en este momento que alimentan esa toxicidad que es verdaderamente preocupante pero, lo importante acá no son esos hechos, sino más bien, el poder tomarnos el tiempo de preguntarnos ¿realmente no existe otra manera? Y se los puedo admitir, yo también he sucumbido ante esa oscuridad muchas veces, sentir la frustración a flor de piel carcomiendo mis entrañas me ha llevado muchas veces a pensar en muchas locuras, pero hay algunos factores que verdaderamente me han salvado la vida en más de una ocasión.
Entonces, en esta publicación, he querido hacer una reflexión de cómo la vida puede cambiar cuando nos desprendemos de esa toxicidad que nos rodea hoy en día, mostrándose —desde las mismas redes sociales— como «la cruda verdad» cuando realmente no lo es, podemos —y debemos— salir de ahí, pero no es una tarea sencilla, así que, conversemos un poco sobre este hecho.
La salud del cuerpo, es la salud de la mente (y viceversa)
Esto podrá leerse como si yo fuera un coach motivacional, pero nada que ver, he sido deportista por más de 15 años de mi vida y específicamente en el momento en el que la pandemia me alejó de mi rutina, fue el momento en el que empecé a enfermarme más; el sedentarismo es un asesino silencioso que pasa factura cuando menos te lo esperas, es impresionante la cantidad de daño que le generamos a nuestro cuerpo cuando lo dejamos en reposo mucho tiempo, creemos que descansamos, pero aunque así parezca, como el mejor carro del año, al dejarlo mucho tiempo detenido, lo dañamos.
Con esto no estoy diciendo que salgan el día de hoy a buscar ser unos súper atletas, pero sí puedo decirles que el cuerpo necesita atención, unos pequeños estiramientos cada mañana, un pequeño trote de unos 20 minutos al día, 20 minutos que desperdiciamos pegados a la pantalla del teléfono, podrían cambiar nuestra salud para siempre, se los aseguro; la salud del cuerpo, nos mantiene saludables en la mente también, porque nuestro templo mayor, al verse inquebrantable, nuestro espíritu lo acompaña en el sentir.
Amar a la naturaleza y los animales
Tal vez peque de bohemio con lo que voy a decir en las próximas líneas, pero es un hecho tácito que ha causado impactos muy positivos en mi vida y ponerlo de ejemplo no sería una locura; bien lo decía Anatole France: «Hasta que uno no ha amado un animal, una parte del alma sigue sin despertar» y ustedes no saben cuánta razón tiene, pues, en mi vida, he vivido con animales desde que tengo 6 años de edad y una gran parte de mi alma se llena de regocijo cada vez que veo un animalito feliz, sobretodo si puede ser por causa mía.
Tengo un perro que fue rescatado, a punto de morir con tan solo 2 meses de edad, llegó a mí en estado de desnutrición, era muy agresivo, estaba muy triste y lleno de oscuridad, pero en brazos amorosos, luego de 4 años, es un perro hermoso que tuvo otra oportunidad en su vida y que salvó la mía realmente por el contexto en el que llegó.
Ahora, apenas hace dos semanas, decidí rescatar un gato, que resultó siendo el único sobreviviente de 5 hermanos, a punto de perder sus ojitos y en tan solo una semana pude hacer que volviera a nacer, que recibiera otra oportunidad y déjenme decirles que el ver esa evolución, el verlo sano, para mí es como un milagro, no sé si tal vez él lo vea así por su nivel de consciencia, pero para mí, el proceso ha sido increíble.
Con esto no quiero decir que tienen que salir a la calle a volverse rescatistas, pero deténganse por un momento y, de estar en su posibilidad, hagan un detalle que pueda cambiar para siempre la vida de un animal, dando un poco de agua, un poco de comida, un refugio temporal o en dado caso de que sí tengan la energía y disposición, adopten a algún animalito en condiciones precarias, créanme que sus vidas van a cambiar para bien a niveles que ni se imaginan.
Además de ello, el amar a lo que nos rodea —a nivel de naturaleza— es amarnos a nosotros mismos, por ser parte esencial del mismo entorno; el honrar la naturaleza nos vuelve más sensibles y más delicados con el mundo entero, solo pido que nos detengamos por un pequeño momento y entendamos que si la naturaleza no existiera, no podríamos respirar, no podríamos comer, no podríamos vivir en nuestro planeta, el mayor aporte y grano de arena es buscar formas de reciclar, de contaminar lo menos posible o hasta ser factor de cambio a nivel de consciencia para otros, empezando por nuestro ejemplo.
Esta publicación fue hecha en conmemoración del Día Mundial de La Salud como una reflexión para desprendernos de la toxicidad que quiere sumergir al mundo en la desidia y el caos, además del hecho de elevar nuestro nivel de consciencia para empezar a aportar, en lugar de destruir, para empezar a sanar, en lugar de herir, nuestro cuerpo lo agradecerá, nuestra mente lo agradecerá, nuestro mundo lo agradecerá.
Debemos recordar que la salud no está solo en el cuerpo, también está en la mente y en el entorno que nos rodea, todo forma parte de lo mismo, por eso nuestro deber siempre debe estar basado en el hecho de hacer que toda nuestra vida sea armoniosa, acá solo dejé unos consejos basados en mi experiencia, construyamos un mundo mejor, siendo nosotros el pilar de cambio.
Escrito y diagramado: @ilazramusic
Edición: @fermionico
