Esta es una historia, de esas que muchas personas no creen posible; de hecho, yo aún no puedo creer que las cosas salieran así y que el día de hoy sea capaz de narrarla ante ustedes, tal vez fue un golpe del destino, tal vez fue simplemente suerte, pero indistintamente de lo sucedido, fue un cambio drástico y si quieren saber a lo que me refiero, los invito a leer con detenimiento mi testimonio, comencemos…
Hace un par de años que no he podido dormir bien, tengo más ataques de pánico de los que un ser humano cualquiera podría aguantar, aún no sé cómo sigo vivo, tal vez tengo una misión importante en este mundo, en esta vida.
¿Mi nombre? Albert, tengo 28 años de edad y vivo en una ciudad que está colmada de violencia por todas partes, ya que mi sector está en guerra desde hace más de 15 años; vivimos una paz ficticia cada cierto tiempo, sentimos una sensación de tranquilidad que a duras penas podría perdurar un par de meses como máximo hasta que volvemos a escuchar detonaciones y llegan noticias de más muertos y desaparecidos.
Mis mejores amigos fueron asesinados, mi familia ha sido torturada y esto ha desencadenado actos de venganza, hemos tenido cautivos a muchas personas de la ciudad vecina y enemiga de nuestro pueblo, me han dado tantas razones para hacerle daño a muchas personas, pero desde hace unos cuantos años siento que ya estoy cansado de la guerra, quiero la tranquilidad para mi gente.
Fotografía por Charles Forerunner on Unsplash
Han habido varias reuniones para tratar de poner fin al conflicto pero nadie quiere encabezar esta reunión porque creen que puede ser una trampa para seguir perdiendo gente o para otorgarle tiempo a nuestros enemigos para poder armarse un poco más y así terminar de destruir nuestra ciudad de una vez por todas, pero yo he decidido que ya no quiero luchar, así que me encargaré de encabezar esta directiva yo mismo.
Prácticamente estoy solo, porque mi familia me odia por el hecho de pensar siquiera en buscar llegar a un acuerdo con ellos, siempre me reclaman que es increíble que yo no piense en buscar venganza por todo lo que nos han hecho, aún recuerdo la voz de mi madre la noche que decidí dar un paso al frente para resolver este conflicto por las buenas.
—Sencillamente no puedo creerlo, sobretodo tú, que has perdido amigos, que nos quitaron a tus hermanos, que casi asesinan a tu padre y tú piensas en perdonar a esos infelices, no sé quién eres— decía mi madre con mucha decepción y lágrimas en los ojos.
—¡Hay que ponerle fin a este conflicto! — le dije muy molesto, con un tono de voz muy alto — ¿Tú crees que no he sentido ganas de matarlos a todos ellos por todo lo que nos han hecho? ¡Por supuesto que me duelen nuestros muertos y desaparecidos! Pero dime tú ¿cuándo va a terminar esto? La venganza se volvió un círculo vicioso que solo ha traído caos consigo, no importa qué lado empezó, ambos son igual de culpables porque matar personas inocentes en nombre de la venganza no es justicia.
—¡Largo de mi casa! — respondió mi madre con mucho enojo.
Fotografía por Vitaly Taranov on Unsplash
Ese día perdí mi hogar, pero no perdí la esperanza de conseguir acabar con ese círculo de violencia en mi ciudad, así que me aventuré hacia la ciudad rival, en nombre de mi gente, de mis futuras generaciones, realmente no sabía si era una buena idea, pero si moría ese día, no habría diferencia alguna porque de igual forma yo era uno de los pocos que realmente quería un cambio, los demás seguían cegados por la ira, el rencor y el deseo inminente de venganza.
Fotografía por Elias Arias on Unsplash
Al llegar debo admitir que tenía demasiado miedo, porque todos me veían con muy mala cara, habían muchas personas armadas y sentía que en cualquier momento iba a morir así sin más, porque como dije, mi muerte no habría significado absolutamente nada más que un simple pedazo de leña cayendo dentro del fuego de todo el caos de la situación, pasé caminando por la ciudad escoltado por 4 personas fuertemente armadas hasta que me llevaron a una habitación apartada de todo el mundo.
Me vendaron los ojos para asegurar que no pudiera ver el camino hacia la habitación.
—Espero que tengas una buena razón para haber venido hasta acá, porque de lo contrario no saldrás de esta habitación — decía Alfred, el líder del bando de la ciudad rival a la mía, me miraba con mucho desprecio pero yo sentía que tenía que ser valiente y no dejar que el miedo me venciera.
—Créeme que haré que valga la pena, he venido para manifestar el deseo de mi ciudad por el cese de la violencia.
—¡JA! ¿Tú crees que de verdad nosotros vamos a aceptar esa estupidez? Déjenme adivinar, ustedes están muy asustados porque tenemos la fuerza para destruirlos y por eso están solicitando este «cese de la violencia».
—Alfred, tú y yo sabemos que este círculo vicioso de venganza y caos no va a traer nada bueno para nuestras ciudades, podríamos ser más prósperos, inclusive trabajar en pro de construir algo juntos, pero ese estúpido orgullo nos tiene cegados, ¿no te cansas de luchar? ¿No te cansas de enterrar seres queridos? Porque yo sí, yo ya no puedo aceptar perder más personas y por eso estoy aquí el día de hoy.
—Pero eso es tu culpa…
—¡NUESTRA culpa! ¡Nuestra! Porque sin importar donde empezó el conflicto, esto es culpa de ambos pueblos que no supieron resolver sus diferencias, pero estás a tiempo de recapacitar, en mi ciudad aún hay personas que no aceptarán el cese de la violencia, pero de no acatar el acuerdo, los arrestaremos porque de consolidarlo te doy mi palabra de que no volverá a quebrantarse la paz entre nuestra gente.
—Te había dicho que no saldrías de esta habitación, pero he cambiado de parecer, voy a enviarle un mensaje a tu pueblo que jamás van a olvidar…
Fotografía por Dollar Gill on Unsplash
Recuerdo que mi corazón latía muy rápido porque me habían vendado y no podía ver lo que sucedía mientras me sacaban de la habitación fui escoltado por las mismas personas y al salir, una de ellas trató de asesinarme pero uno de los cuatro escoltas lo mató en el acto.
Esa fue la última vez que se derramó sangre en nombre de aquel conflicto sin sentido porque han pasado 8 años desde entonces y me siento feliz al ver mi ciudad ha prosperando, las nuevas generaciones están estudiando y se están preparando; aún hay personas que viven con algunos rencores del pasado pero nada ha pasado a mayores, mi madre lamentablemente murió un par de meses después de consolidarse el acuerdo de paz entre ambas ciudades, así que jamás pudo ver lo que parecía imposible, hoy día es un hecho.
Siempre había sido partidario del amor (jamás pensé que me cegaría la guerra) y es la energía más poderosa del universo; todos los seres humanos debemos sentirla, vivirla y compartirla, además de hacerla crecer dentro de cada uno de nosotros; así, la armonía, la luz y la paz podrán sobreponerse a cualquier cosa que la amenace.
Fotografía por Christian Wiediger on Unsplash
Esta es una historia creada en conmemoración del Día Internacional de La Paz, celebrado el pasado 21 de Septiembre, designado ese día por la Organización de las Naciones Unidas, para perseguir la búsqueda de la consciencia en las personas para fortalecer los valores e ideales de paz en cada región del planeta.
Escrito y diagramado: @ilazramusic
Edición: @fermionico
