Llegaría aquél extraño suceso al mundo, donde el odio nos erradicó a un punto casi determinante, como de un apocalípsis que nadie pudo prever, y ahí se encontraba la humanidad, al borde de la extinción, buscando supervivientes que vivían entre las sombras, esperando alguna especie de señal, alguna especie de esperanza que los pudiera sacar de su miseria.
Jamás nadie pensó que la solución era muy simple, pero el camino se tornaba muy largo y apenas, unas 6 personas se podría decir, preservaban la cordura y el calor en sus espíritus, cosa que los hizo querer salir a enfrentar aquella pesadilla de locura y penumbra que les esperaba justo al abrir la puerta de par en par, pero con todo y el miedo, la fe valía más, así que comenzó la aventura, era hora de salvar el mundo.
Cuando dieron sus primeros pasos, luego de salir de aquél refugio, pensaron que estaban de cara a seres humanos normales, pero, al acercarse a estos, notaban que caminaban sin rumbo fijo, habían perdido todo, estaban completamente vacíos y ni siquiera reaccionaban al hecho de que les estaban pasando por al lado, podían tocarlos y estos no hacían absolútamente nada más que seguir caminando, como si eso fuera lo único que realmente los estaba manteniendo con vida.
Sin embargo, no en todas partes era de esa manera, pues habían rincones de la ciudad donde todo era un poco más oscuro y los pocos habitantes que áun conservaban la cordura, le decían al grupo que tuviera cuidado, porque algunas personas sí reaccionaban pero de forma muy negativa, como si fueran una especie de zombies agresivos que solo quieren destruir cualquier tipo de luz que consigan en el camino para seguir viviendo en la oscuridad.
Nadie sabía cuál era la cura para esto, y hasta el mismo grupo comenzó a preguntarse el porqué ellos todavían tenían cordura, como si fueran inmunes a ello, así que comenzaban a preguntarle a todos los que encontraban en el camino, a ver si alguien les podía responder si dicha cura existía o si alguien conocía si habían más personas cuerdas en algún rincón de la ciudad donde habitaban, al menos.
Tuvieron que caminar muchísimo, casi unos 6 kilómetros de donde estaba su refugio para toparse con un lugar que todavía se mantenía muy iluminado a pesar de todo y que tenía un montón de personas a los alrededores tratando de destruír todas esas luces, sin embargo, las mismas estaban detrás de vidrios blindados, que eran verdaderamente difíciles de destruir, y al llegar a la entrada, un foco gigante de luz les apuntó y escucharon una voz como por un parlante que les decía:
«¡Quietos! Tenemos armamento y no dudaremos en utilizarlo si intentan atacar el lugar»
Pero al estar un rato bajo el foco de luz y ver que no reaccionaban de forma negativa, les abrieron la puerta rápidamente para que pasaran y pudieran conversar, porque notaron que no eran personas afectadas por lo que ellos denominaron el «obscure».
— ¿Cómo llegaron hasta acá? Nosotros no hemos visto personas cuerdas desde hace mucho tiempo, hemos recorrido el área por días y no hemos conseguido a nadie que valga la pena salvar. — decía el encargado del edificio.
— Tenemos varios días caminando, siendo un grupo de 6 personas ha sido algo sencillo, pero sí hemos tenido nuestros contratiempos y como no estamos armados, hemos tenido que correr y ocultarnos muchas veces de lo que ustedes llaman «obscure».
— ¿Y porqué decidieron salir de su refugio? Si se puede saber, siento que es como muy arriesgado y no creo que sea para ir a vacacionar.
— Queremos conseguir una cura para este apocalípsis, así que estamos investigando si existe alguna, estamos dispuestos a arriesgarnos a salir y buscar.
— Ustedes están buscando «La lumière de l’âme».
— ¿Qué es eso?
— Es la cura, sin embargo, nadie sabe cómo funciona o cómo se consigue, nosotros tenemos por acá un libro que habla sobre eso, pero está en francés y no tenemos manera alguna de traducirlo.
— Acá tenemos una lingüista con nosotros, ¿nos puedes permitir el libro? Intentaremos descubrir de qué se trata.
Luego de un par de días, el equipo vuelve un poco confundido, por lo que acababa de encontrar la lingüista en el libro donde se encontraba la posible cura de ese apocalípsis; solicitaron una reunión inmediata con los dueños del refugio donde se encontraban.
— Cuenten, ¿cuál es la urgencia? — preguntó preocupado el dueño del refugio.
— Conseguimos la cura. — dijo la lingüista.
— Pero, entonces, ¿cuál es el problema?
— Es que… no la entiendo.
— Pero ¿no eras una lingüista experta o todo fue un simple engaño?
— No, señor, el problema es que, sé qué es lo que dice el libro, pero no entiendo qué significa, se los puedo escribir en una hoja y me ayudan a interpretarlo.
— Muy bien, ¡adelante!
«La luz del alma
Se encontrase alguna vez el reflejo del universo, concentrado en la parte más vívida del ser, donde se asoma lo que alguna vez estuvo y donde nace todo aquello que se puede querer; la luz que emana con estímulos, la calidez que brota a duras penas, mientras se cierren los brazos en armonía, con los que duermen con dolores y penas.
Solo falta buscar y rodear, a todo aquél que esté sufriendo, para llenarlo con la luz del alma y mantener esa chispa incandescente siempre ardiendo, recobremos el elixir de vida, en uniones tanto efímeras como perennes, que los duelos transcurran en el infinito, pero que la luz se preserve, cueste lo que cueste»
Tardaron casi una semana para entenderlo, pero nunca hubo una solución más simple en la vida de las personas, parecía hasta lógico y muchos solo reían de forma irónica, habiendo tenido siempre la respuesta entre sus manos, literalmente; la cura del apocalípsis de odio, era un simple abrazo, las personas que volvían a sentir el calor de unos brazos despertaban de ese trance de desidia y miseria y recuperaban la esperanza de que pronto volvería a salir el sol.
Este post fue hecho para conmemorar el Día Internacional de la Fraternidad Humana, el cuál se celebra cada 4 de Febrero de cada año, decretado así por la Orgnaización de Las Naciones Unidas como un día para recordar que la unión de la humanidad sin barreras de idiomas, creencias, religiones, raza, sexo y demás son vitales para preservar nuestra existencia.
Escrito y diagramado: @ilazramusic
Edición: @fermionico
