De la tierra a Marte | Contenido Original

Espera sentado en posición horizontal en medio de sus dos compañeros a que acabe la cuenta regresiva del centro de control de comando. 

A pesar de los protectores auditivos el rugido de los potentes motores traspasa las barreras y aún no ha llegado el clímax de la potencia que los impulsará a través del espacio.

Observa el tablero digital frente a ellos y el despliegue de unos novedosos mandos holográficos frotando al alcance de sus manos. Sin embargo, ellos solo acudirán a estos en caso de una contingencia o fallo de la inteligencia artificial. Así que, son meros pasajeros con destino a Marte.


Piensa en los orgullosos pero al mismo tiempo preocupados que deben estar sus padres, al ver el sueño de un niño a punto de hacerse realidad, cuando les decía que él sería de grande, un viajero del espacio.

Recuerda en un instante, en forma de imágenes, el periodo de entrenamiento y las largas discusiones con los científicos y técnicos encargados del proyecto que en breve será una realidad, al menos justo cuando abandonen la plataforma.

Él, como el capitán de la nave, está consciente de la alta complejidad de la misión y que involucra cálculos precisos para la elección del momento y lugar justo para alcanzar el destino mientras ambos planetas estén lo más cerca posible, y que determina toda la logística para el éxito.


Viajarán a una distancia aproximada de 117.5 millones de kilómetros a una velocidad de 700.000 kilómetros por hora, así que si todo marcha como lo esperan, el viaje de ida no debería superar los 39 días.

Escucha a través de los audífonos especiales que están a solo diez minutos del inicio de la épica misión.

Mientras tanto, al otro lado del planeta, una misión paralela también está a punto de partir al enigmático planeta rojo, fuente de una rica mitología.


10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1. El estallido flamígero entre densas humoradas, oculta el despegue de la nave insigne que lleva entre ellos al primer hombre que pisará suelo marciano por primera vez.

Siente el peso de la aceleración distribuirse en cada palmo de su cuerpo. Una sensación molesta que sabe que solo durará mientras estén en la atmósfera terrestre.

La sinuosa voz femenina de la inteligencia artificial intercambia información con la IA del centro de control de manera audible e inteligible para que los controladores. Piensa, ellos también son unos espectadores de lujo como nosotros.

Pronto la oscuridad extrema se hace presente por momentos y se deja de escuchar el bramido de los motores.


Observa un amplio panel que funge de monitor extendido para cerciorarse del cambio de propulsión.

La Inteligencia Artificial anuncia la entrada en funcionamiento de la gravedad simulada, y abre la imagen del jefe de centro de mando y control, quien emocionado celebra con sus colaboradores el despegue exitoso del largo viaje.

Los tres viajeros estelares retiran las escafandras y se ven a las caras con sonrisas de satisfacción, aunque apenas llevan minutos en el espacio.

Es el momento de probar la tecnología translúcida de los paneles de la nave, y de repente el trío queda como suspendido en la inmensa negrura. Atrás, el cuerpo azulado de una esfera con leve toque ovoide se empequeñece.


Observa un amplio panel que funge de monitor extendido para cerciorarse del cambio de propulsión.

Abrumados exclaman con incipiente nostalgia sobre la hermosura de  la tierra, hasta ahora el único hogar que conocen.

Otra imagen se abre en una área de hasta ese momento traslúcido interrumpiendo la extraña sensación de verse de repente entre las pequeñas luces que titilan. Muestra a la tripulación de la otra nave que los acompañaran en el viaje.

Aunque todos hablan en sus propios idiomas, la interfaz de traducción de lenguaje universal hace posible el entendimiento perfecto. Además hay una interacción directa entre las inteligencias artificiales de ambas naves.


Todos sonríen producto de la emoción inicial, aunque saben que por razones logísticas dos miembros de la tripulación de ambas naves, tendrán que invernar en un proceso criogénico el resto del trayecto.

Solo uno de los capitanes como el oficial médico de la nave contigua   permanecerán supervisando el perfecto desempeño de la misión.

El relato de ficción está inspirado en el marco del Día Internacional  de los vuelos espaciales tripulados, acordado para el 12 de abril de cada año por la Organización de las Naciones Unidas para:

 “… conmemorar cada año el principio de la era espacial y reafirmar que la ciencia y la tecnología espaciales contribuyen de manera crucial a conseguir los objetivos de desarrollo sostenible y aumentar el bienestar de los Estados y los pueblos. 


El Día también quiere sensibilizar al mundo para asegurar que se cumpla la aspiración de reservar el espacio ultraterrestre a fines pacíficos, perseverar en los esfuerzos para que todos los Estados puedan gozar de los beneficios derivados de esas actividades y mantener el espacio como patrimonio de toda la humanidad.”

No obstante, hoy en día vemos en la narrativa y acciones de algunas naciones intenciones de apartarse de los fines pacíficos al desplegar proyectos con claros fines militares y competencia por llegar primero con fines particulares.

Esto debería preocuparnos a todos, puesto que si las contiendas terrestres del pasado y actuales han tenido y tienen consecuencias nefastas sobre la mayor parte de la humanidad como para el medio ambiente. No es iluso pensar, que el espacio con sus recursos también puede constituir causas de disputas.


Claro, no faltarán quienes justifiquen el reinicio de la carrera espacial como esfuerzo para protegernos de las amenazas extraterrestres, como la posibilidad de un potencial impacto con un asteroide con efectos catastróficos como lo expone la industria cinematográfica, o lo poco probable de una invasión de una raza alienígena. 

Más allá de estas consideraciones, la principal amenaza es no poder cooperar entre nosotros para lograr los fines nobles que nos lleven a explorar las galaxias.

Espero que algún día se salden nuestras diferencias y surquemos el espacio hasta donde nos lo permitan nuestras fuerzas.


Escrito por: @janaveda

Edición e imágenes: @fermionico


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