En el contexto de nuestras conversaciones familiares cotidianas -o entre amistades,- un hilo temático común que tiene altas probabilidades de ser abordado, es el referido a los parecidos anatómicos entre ascendientes y descendientes, con expresiones que buscan establecer las similitudes con los abuelos, hermanos, primos y otros parientes lejanos. Todo ello, sin poder evitar que algún bromista –desubicado- indague en las razones del parecido entre tu hermanito menor y algún vecino, al tiempo que la conversación se torna incómoda o saltan las carcajadas para salir del aprieto.

Del Propósito a las Leyes de Mendel

Lo cierto, es que el tema hereditario está siempre a la orden del día, porque desentraña innumerables dudas de la natural curiosidad humana desde tiempos remotos (o como dicen coloquialmente…desde que el hombre es hombre). De hecho, el denominado Padre de la Genética –Gregorio Mendel- fue guiado por esas inquietudes para diseñar los experimentos que condujeron a las hoy conocidas leyes enunciadas con su apellido y que, en principio, no fueron debidamente acogidas por la comunidad científica de su época -1865-.

Se puede afirmar que el propósito primordial de Mendel (nacido en 1822), fue descubrir una ley que pudiera aplicarse de manera general, a la formación y desarrollo de híbridos. No obstante, en la práctica obtuvo datos suficientes para afirmar que los rasgos hereditariosestán asociados a componentes intracelulares pareados –genes-, segregados y distribuidos de forma independiente (y sin cambios) de generación en generación. Ese cuerpo teórico, concretado en sus dos leyes -o tres si se considera el principio de uniformidad-, sentó las bases para la herencia apuntando a la evolución.

Sumando al legado Mendeliano

El legado atribuido a Mendel, sufrió de soledad e incomprensión por –al menos- tres décadas, por parte de sus pares científicos, hasta que Vries, Correns, Tschermak y Bateson,citan sus trabajos y, de alguna manera, redescubren a principios del siglo XX, las ahora conocidas leyes mendelianas. Esta circunstancia común en las ciencias, llevó al surgimiento de los términos “genética” y “alelo”, de la mano de Bateson; y “genes,” de parte de Johannsen. Con lo anterior se reconocía la enorme contribución del empleado Austro-Húngaro, de la abadía de Santo Tomás de Brno

Mendel Apicultor

A parte de ser ignorado e incomprendido, Mendel tuvo detractores, que dudaron respecto a la protocolización de sus experimentos, toma de datos, procesamiento estadístico e incluso, lo culparon de la –presunta- interpretación sesgada de los resultados. Finalmente, las investigaciones que le sucedieron, contribuyeron a refutar, hasta el punto de de ser desestimados por la comunidad científica, sus hallazgos. Quizás por ello, Mendel se dedicó en su última década de vida a intentar sustentar -en parte- sus investigaciones desde la apicultura, aunque con resultados desalentadores. **

Más allá de

Un aspecto conspicuo de la contribución del monje agustino Gregorio Mendel (fallecido el 6 de enero de 1884), es el impacto referencial para los investigadores de la época -y posteriores-, en cuanto a construir las respuestas apropiadas que condujeron a conocimientos en diversas áreas de la biología y de las ciencias naturales en general, con grandes conquistas heurísticas de relevancia para la humanidad e impacto en la salud, industria y ambiente, directa o indirectamente ligados a la genética.

Un meme como desagravio

Es en este punto donde podríamos preguntar: ¿cuál meme sería apropiado para rendir homenaje a Mendel? o (si prefieren) dedicarlo a fustigar a aquellos que – entre 1865 y comienzos del siglo XX- ignoraron, no comprendieron o agraviaron al Padre de la Genética.Apostamos por la primera opción creativa y positiva.¿Y por qué un meme?. La respuesta puede estar en el libro “El Gen Egoísta” de Dawkins y su idea de transmisión cultural memética como complemento de la información genómica. Claro, los memes virtuales que conocemos actualmente son los nietos de los primeros aparecidos en el año 2000, pero, ese tema lo abordaremos en otra oportunidad.

Anímate a expresar tus ideas al respecto, porque en Cervantes Ciencia valoramos tu opinión y contribuciones, para construir una ciencia con conciencia.

Con la llegada de un Año Nuevo surgen y se fijan nuevos propósitos, como adelgazar, integrarse a actividades deportivas, planear algún viaje especial, dejar algunos malos hábitos, hasta inscribirse en algún curso de interés; ya sea, para aprender nuevos conocimientos o para realizar actualizaciones en lo formativo o profesional. Si en su abanico de intenciones está la última mencionada, te comento que los Cursos Online Masivos y Abiertos MOOC(acrónimo en inglés de Massive Online Open Courses) son una alternativa para tal fin.

Un MOOC es un curso a distancia, empleando Internet, en él matriculan gran cantidad de personas de cualquier parte del mundo, no posee límite de participantes, es de carácter abierto y gratuito. La fundamentación de este tipo de curso reside en la concepción conectivista, la cual establece que el conocimiento surge de la conexiones, es decir, de unir nodos de conocimiento: a mayor número de conexiones más posibilidades de aprender. :

En la actualidad, son ofrecidos de forma gratuita, con excepción de algunos que poseen un precio fijado. Existe gran variedad de MOOC, con contenidos similares o diferentes, pertenecientes a las diversas áreas del saber. Los materiales compartidos son presentados mediante vídeos, audios, textos, láminas animadas, entre otros recursos; y se aplican diversas formas de evaluaciones para superar los contenidos aprendidos. Además, proporcionan espacios para la interacción de los participantes, permitiendo la conformación de comunidades. :

El surgimiento de los MOOC se ubica entre los años 2007 y 2008, algunos de sus pioneros fueron: David Wiley, George Siemens y Stephen Downes. Sin embargo, un caso emblemático fue concebido por Sebastian Thrun y Peter Norvig, quienes contribuyeron a su expansión, en el 2011, al crear un curso sobre inteligencia artificial en la Universidad de Stanford. Este concentró 160.000 estudiantes y se implementó a través de una startup Know Labs, que en la actualidad se le conoce con el nombre de Udacity. Otros ejemplos de MOOC son:

➤Coursera: Basada en una tecnología desarrollada en la Universidad de Stanford, sirve de apoyo a otras universidades como Yale, Princeton, Michigan, Penn.
➤MITx: Lanzada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
➤Edx: Participan las universidades Berkeley, Harvard y otras.
➤Crypt4you: Primera iniciativa en español, respaldada por la Universidad Politécnica de Madrid.
➤MiriadaX: Plataforma en español, impulsada por Telefónica y Universia. :

@delPilar para Cervantes Ciencia

Referencias:

¿Qué es un mooc? Disponible en: http://mooc.es/que-es-un-mooc/
¿Qué es un curso MOOC? Disponible en: https://www.uab.cat/web/estudiar/mooc/-que-es-un-curso-mooc-1345668281247.html

Imágenes de Pixabay

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El calendario, tal como lo usamos en nuestros días, tiene una gigantesca historia, es decir, un recorrido que le generó varias transformaciones y donde se vio involucrado el trabajo de científicos, filósofos, religiosos y políticos. En esta entrega, haremos una sinapsis de todas las implicaciones que intervinieron para que hoy por hoy, tengamos esta noción de días y meses.

Primeros Filósofos

El primer filósofo que comprendió las fases del año y tuvo la capacidad de predecir varios eventos fue Tales de Mileto (624 – 546 a.c). Este sabio, quien no contó con los instrumentos que poseen los científicos de la actualidad, predijo un eclipse solar y sabía cuando se acercaban temporadas beneficiosas para la siembra de ciertas especies vegetales. Los aportes de este increíble filósofo fueron fundamento para que posteriormente Anaximandro, Anaxímenes, Aristóteles y Pitágoras, llevaran a cabo otros importantes descubrimientos en el área de astronomía.

Científicos de Salamanca

Lamentablemente, los nombres de los científicos que dieron origen al calendario actual no pasaron a la historia; sin embargo, se sabe que pertenecieron a la Universidad de Salamanca, y que en 1575 elaboraron un informe que fue recibido por el Papa Gregorio XIII. Así pues, la ciencia es el cerebro detrás del calendario actual, pero fueron los nombres de papas, emperadores y demás representantes de la iglesia católica, los que han figurado en la historia de la medición del tiempo.

El primer calendario oficial establecido por un régimen político fue el Romano, el cual contemplaba 304 días al año en 10 meses; pero este calendario evidenció errores, hasta el punto de que el invierno tenía la fecha establecida en el momento cuando se estaba presentando el otoño. Para corregir este problema, en el año 46 a.C., Julio César decretó una reforma en la cual el año se componía de 365 días, distribuidos en 12 meses; a partir de allí surgió el nombre Calendario Juliano.

A pesar de esta reforma, la cual incluyó los años bisiestos para mayor exactitud con los tiempos astronómicos, este calendario siguió presentando desfases hasta generar un retraso de 10 días con respecto lo establecido en Astronomía. Fue entonces cuando el Papa Gregorio XIII, guiado por los expertos de Salamanca, decretó un salto en el tiempo de 10 días para emparejar el desfase, y además, estableció los años bisiestos como los conocemos hoy en día. Este es el Calendario Gregoriano que está vigente actualmente, aunque se ha comprobado que aún presenta errores de concordancia astronómica.

Ciencia solapada

Sabemos que durante muchos siglos la ciencia permaneció relegada a la religión, por eso, los más impresionantes descubrimientos científicos fueron solapados por las autoridades eclesiásticas, quienes pretendían mantener su posición como los poseedores del conocimiento absoluto. La creación del Calendario no es la excepción, y actualmente, desconocemos los nombres de las mentes brillantes que dieron origen al sistema de días, semanas, meses y años, tal como lo manejamos en nuestra cotidianidad. Es por eso, que a la hora de consultar el origen del calendario, prevalecen los datos religiosos y políticos que lo oficializaron.

Soy @ivymalifred y escribo para ti en la sección Filosofía de las Ciencias.

Referencias

ABC.es. (S.F). Un libro sitúa en Salamanca los orígenes del actual calendario. Disponible

Martínez, L. (S.F.) ¿Cuál es el origen del calendario actual? Disponible