Cervantes Ciencia // Serie Inteligencia Vol. 36 p 2-2

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El Ingenio y la evolución humana

Desde que comenzamos nuestro proceso evolutivo, hemos tratado de entender la naturaleza y utilizar sus recursos para nuestras actividades. La evolución orgánica ha transcurrido de una manera mucho más lenta que la cultural, pues el ingenio humano no ha tenido límites.

Hemos logrado utilizar nuestra genética para dar sentido a todo lo que nos rodea ¿Qué no hemos creado? Y a diferencia de otras especies, hemos curado hasta la mayoría de las enfermedades, que se presentan como una presión selectiva.

Creo que si miramos hoy a nuestro alrededor no hay un solo objeto que no haya sido diseñado por nosotros; es que hemos inventado hasta nuestro propio lenguaje, la manera de escribirlo y hasta de sentirlo. Convivir con nuestros semejantes, nos ha dejado una poza de creencias, prácticas y experiencias que nos ha servido para realizar nuestras actividades diarias.

Lo que nos llama a la reflexión, es el saber utilizar ese ingenio para el bien no solo de la sociedad, sino de esos millones de seres vivos que nos rodean y que también necesitan y tienen derecho a realizar sus funciones básicas.
Te invito a leer esta publicación y recuerda que cualquier duda, sugerencia o comentario lo puedes hacer la final…

¡Somos Cervantes! ¡Somos Ciencia! ¡Somos Ambiente!

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Cuando caminamos por la calle y por alguna razón tropezamos sin tener la molestia de caernos, no nos percatamos que en un conato de caída se activan una serie de mecanismos de equilibrio alojados en nuestro oído.En ese momento solo agradecemos que nuestro cuerpo reaccionó rápida y enérgicamente, pero, no advertimos cuál sentido estuvo involucrado.

Sentido del Equilibrio

Cuando escuchamos hablar del oído, en pocas oportunidades lo asociamos con el sentido del equilibrio, quizás por no saber o no recordar que aparte de la cóclea con el órgano espiral o de Corti (para escuchar), contamos con otros órganos minúsculos de gran valor fisiológico: la mácula y las ampollas (crestas) ubicadas en el vestíbulo auditivo a nivel del sáculo-utrículo y canales semicirculares, encargadas del equilibrio estático y dinámico.

Del vestíbulo a los canales semicirculares

El hecho de que estos órganos del equilibrio se encuentran en el vestíbulo (la mácula) y en las ampollas de los canales semicirculares (cresta ampular), le confiere una protección importante, dado lo delicado y sensible de su anatomía. La primera es la responsable del equilibrio estático –con aceleración y desaceleración, aparte de la percepción de la gravedad. El segundo, como complemento, se responsabiliza por la sensibilidad a los movimientos dinámicos de rotación o giratorios. Estos órganos están bañados por un líquido llamado endolinfa.

Equilibrio en lo cotidiano

Una forma práctica de saber que nuestro oído está funcionando bien, con respecto a su papel de equilibrio, es la correcta percepción de la energíaque nos obliga –por inercia- a desplazarnos hacia adelante ante un frenazo repentino dentro de un vehículo que estaba en movimiento; o cuando este mismo emprende la marcha de manera brusca, obligando a nuestra cabeza a desplazarse hacia atrás.

Con seguridad ustedes tienen otros ejemplos prácticos en los que la función de equilibrio de nuestro oído está involucrada, o de pronto se plantean algunas dudas que puedan compartir con nosotros. En uno u otro caso, no duden en hacer sus comentarios. En Cervantes Ciencia estamos atentos a su participación.

Para Cervantes Ciencia: Dr. Tomás Pérez (@tomastonyperez)

Referencias

Karp, G (2005). Biología celular. Mc-Graw-Hill: México
Tórtora y Derrickson.( 2010 ). Principios de Fisiología y Anatomía. 11va edición. Editorial Harcourt Brace: Madrid.
Montenegro, J. (1989). Investiguemos (Vol.1).Editorial Voluntad: Bogotá
Moyes, C. y Schulte, P.( 2007) Principios de Fisiología Animal. 1era Edición.Editorial Pearson.Addison-Wesley.
Ganong, W. ( 1996 ). Fisiología Médica. Decimoquinta. Edición en español. Editorial El Manual Moderno: México.
Smith y Wood (1997). Biología celular. Addison-Wesley Iberoamericana: Buenos Aires.
Pérez, T (2018) Ciencias naturales y su didáctica. Disponible en
Van de Graff, K. Y Ward Rhees, R. (1989) Anatomía y Fisiología Humanas. México: Interamericana-McGraw-Hill.

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En entregas anteriores comentábamos la importancia de enseñar ciencia significativamente, haciendo énfasis en la ciencia cotidiana e incluyente. La finalidad de marcar una huella positiva en el estudiante de la ciencia, es la guía que orienta al docente proactivo, aquel quien no se conforma con ofrecer una clase tradicional, sino que está empeñado en hacer la diferencia, en forjar grandes mentes y quizás grandes científicos.

El problema es que cuando queremos hacer algo distinto no hay una receta, un secreto o una lista de instrucciones, sino que debemos emprender una ruta desconocida. Es posible que nos encontremos con baches en el camino o con una vegetación boscosa que dificulta abrirse paso, es allí cuando la inteligencia le da sentido a ese proceso de sortear obstáculos para construir un sendero hacia una Didáctica de la Ciencia acorde con metas extraordinarias.

Ciencia educativa 3-2.pngEn Cervantes Ciencia sabemos que los profesores que rondan por el mundo de Steemit no son docentes convencionales, por el contrario, se trata de valientes que no temen innovar, errar y retomar impulso; por eso, en esta entrega les presentamos unas interrogantes que al responderlas, orientan al educador en Ciencia en cuanto a lo que debe hacer para marcar una diferencia con sus estudiantes.

¿Qué enseñar?

El diseño de estrategias va a depender de la ciencia que se vaya a enseñar, no obstante, la integración de varias ciencias es el punto de partida para emprender caminos significativos. Aunado a esto, los intereses, necesidades y motivaciones de los estudiantes ayudarán a seleccionar los contenidos, tomando en cuenta que los diseños curriculares ofrecen un gran abanico de posibilidades que nos invitan a priorizar en cuanto a lo que vamos a enseñar.

¿Para qué enseñar?

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El estudiante de hoy no está motivado a aprender teorías vacías que no le proporcionan utilidad a su día a día. Reiteramos el valor de la Ciencia Cotidiana a la que hemos aludido en entregas anteriores, aquella que está en la vida de cada uno de esos seres que acuden a los centros de enseñanza a cumplir con el requisito administrativo de aprobar asignaturas. Los jóvenes necesitan motivos para estudiar ciencia y sin duda el docente innovador se los ofrecerán.

¿Cómo enseñar?

Para responder esta pregunta es importante averiguar cómo los educandos aprenden, es decir: ¿cómo perciben la información?, ¿cómo la procesan? y ¿cómo la reconstruyen? Para averiguar esto el profesor debe agudizar su observación cuando los estudiantes socializan, escuchar sus razonamientos y permitirles expresar sus sentimientos. A partir de allí se diseñan actividades que los mantengan activos y ocupados, pues recordemos que ellos son los protagonistas del proceso de aprendizaje.

Es altamente recomendable el diseño de contenidos predominantemente procedimentales para permitirles a los jóvenes que participen en la construcción del conocimiento. No basta con que el profesor explique y el estudiante resuelva ejercicios, por el contrario, es necesario que cada educando asuma roles activos en el proceso, que implique la experimentación e indagación como parte de sus tareas.

Ciencia educativa 3-4.pngHasta aquí esta entrega de Ciencia Educativa. Te invitamos a aportar tus experiencias en cuanto a Didáctica de la Ciencia en los comentarios.

Escribió para ti la Dra. Ivy Escalona, en Steemit @ivymalifred

Fuente consultada
Sanmartí, N. (2002). Didáctica de las ciencias en la educación secundaria obligatoria. Madrid: Síntesis Educación.
Fuente de las imágenes
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Los semáforos son dispositivos utilizados para regular el tránsito en una intersección vial, sitio donde confluyen calles y avenidas, vehículos y peatones en diferentes direcciones. Si no se lograra un orden, se desencadenarían numerosos accidentes. De allí la importancia de establecer controles a nivel de gobierno municipal en materia de tránsito. Los avances tecnológicos han permitido a los ingenieros electrónicos diseñar LOS SEMÁFOROS INTELIGENTES, pretendiéndose disminuir los tiempos de demora al sitio del destino, situación muy ventajosa, considerando que las colas producen ansiedad y estrés a los conductores, además de mermar la emisión de monóxido de carbono, agente contaminante del aire.

La manera convencional

La metodología convencional consiste en primero realizar conteos vehiculares para evaluar la dinámica de la intersección, por día y por hora. No es igual el comportamiento de un lunes a un viernes o domingo, por ejemplo. Posteriormente se hace la programación más óptima de los tiempos, de manera de minimizar en la medida de lo posible los tiempos de espera. No obstante, este método presenta desventajas, puesto la circulación de vehículos no siempre obedece a un mismo patrón y vemos entonces semáforos con luces rojas y vehículos esperando aún cuando no existe flujo en otra dirección. En las noches esta situación es muy común.

Red inteligente de semáforos

Gracias a los semáforos inteligentes es posible regular el tráfico vehicular y peatonal en tiempo real. Es decir, estos dispositivos modernos pueden adaptarse inmediatamente a los cambios que se detecten en el flujo y automodificar sus tiempos de luz verde y roja, para priorizar los movimientos que demanden mayor volumen de vehículos y peatones. De esta manera se contribuye a lograr ciudades inteligentes, con movilidades más eficientes.

Los Pioneros

Londres ha sido pionera en la instalación de redes de semáforos inteligentes, para ellos la prioridad son los peatones y los ciclistas. Con estos dispositivos, se busca incentivar a los ciudadanos a caminar y manejar bicicleta.

¿Cómo es posible?

Esta tecnología es posible gracias a empresas como IBM, que patentó este año un sistema de inteligencia artificial para semáforos de manera que se adapten al tráfico y eviten embotellamientos. Este consiste en un sistema de control basado en cámaras, instalando un software capaz de identificar las imágenes y calcular los tiempos más óptimos del semáforo.
Definitivamente, esta tecnología presenta ventajas, estudios de la Universidad Carnegie Mellon (Estados Unidos) demuestran que se reducen los tiempos de espera en 40% y la emisión de gases en 26%. Déjanos tus comentarios.

Escribió para ustedes Alexandra Torres/Ingeniero Civil/@xandra79

REFERENCIAS

Sánchez, María (2019). [Artículo online]. Estos semáforos inteligentes observan el tránsito y cambian su funcionamiento para evitar embotellamientos. Recuperado de. Consulta: junio, 2019.
Imágenes libres de pixabay Imágen portadaImágen1 Imágen2Imagen3

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¿Conoces a la Doctora @ivymalifred? Ella es una de nuestras destacadas escritoras del área de Filosofía y didáctica en CERVANTES CIENCIA. Léela todas las semanas aquí… en la Revista de Ciencias de Steemit.

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