El derecho a la información | Contenido Original

Un derecho universal…sí, pero…

Y es que disertar sobre este derecho humano es sumamente difícil. Hay que abordar el tema desde varias aristas y conocer a profundidad la psique humana, con el fin de llegar a un resquicio donde la realidad es increíblemente maleable ¿Recuerdan las famosas fake news?

Incluso la verdad misma es flexible porque siempre será contaminada con las creencias. Si no, jamás se podría explicar lo que pasa por la cabeza en algunas personas, cuando se les confronta con evidencia científica. Así de difícil es la verdad, al punto de que alguien muy ingenioso dijo una vez: «Existen tres verdades: tu verdad, mi verdad y la verdad verdadera (si conoce quien fue, por favor deje un comentario en el lugar para tal fin).


Así las cosas, el derecho a la información pasa a ser una cuestión de matices, conveniencia, comercial, política, religiosa o de cualquier otra índole, dependiendo de quien genera la información o los propósitos perseguidos que los hechos llevan escondidos. Esto lo han tenido muy claro las sociedades con clases dominantes a través del tiempo, pero se hizo más perentorio con la era de Internet.

¿Por qué? Debido a la inmediatez de las conexiones. Algo de lo que usted se enteraba un mes después de ocurrido, tan solo hace cincuenta años atrás, ahora lo sabe instantáneamente. Esto ha supuesto un reto para toda la clase dominante. Todavía recuerdo como en los años 70′, los más aventajados tomaron los medios de comunicación tradicionales con el fin de adueñarse de las noticias y hacer crecer el retorno de sus inversiones.

Luego, han sido los gobiernos quienes se han apropiado de la verdad, junto a los modeladores y divulgadores de las noticias. Los medios tradicionales se quedaron atrás y hoy día funcionan como parte de un sistema donde cada quien cree lo que desea creer, así la evidencia sea otra.


Por último, llegaron las redes sociales para empeorar todo Nace la posverdad como el adalid del derecho informativo y se instala con todo su rigor dentro de la psique del desaventajado o del ingenuo. En efecto, con tal de participar en el festín de divulgación, la humanidad busca la combinación de creencias y noticias en un todo. Y comparte fake news sin mayor regulación que la entregada por las propias plataformas privadas. Y si los gobiernos atacan a esas plataformas, entonces son tildados de autoritarios quizás con algo de razón.

Por otro lado, éstas plataformas privadas también restringen el derecho a la información regulando quienes son lo que aparecen o no en ellas. La nueva guerra entre el modo de vida occidental y el modo de vida conservador se ha desatado. Y nosotros, pobre espectadores de aquello, no somos capaces de dar crédito ni espacio a tal flujo de sucesos.

Resultado: paranoia, insomnio, depresión, incredulidad, además de un sin fin de males menores que -en conjunto- han elevado las tasas de suicidio a niveles jamás pensados. Como siempre, éstas afirmaciones puede usted ponerlas en duda. De allí la credibilidad o no de una fuente. Y es allí donde quizás el ser humano deba apuntar.


¿Cómo combatir esto? Bueno, la misma sociedad tiene que ser la reguladora de todo, mediante personas comprometidas, objetivas y descontaminadas de intereses más allá de cualquier clase submarina de apetitos de poder. En el caso venezolano han comenzado a funcionar páginas que combaten la desinformación. Los sitios en internet: Es paja y Cazadores de Fake News son parte de lo que veremos en adelante para combatir la desinformación.

Ésta última es el recurso utilizado para desvirtuar todo. Dicho esto, ya es responsabilidad de cada quien incorporar la incredulidad selectiva en búsqueda de la objetividad y la cercanía con la verdad ¿Cuál de ellas? Eso lo tendrá que decidir usted. Teniendo siempre presente algo: una noticia cualquiera puede comprometer la vida de una persona. Si no lo cree, solo tiene que hacer una búsqueda de como cazaron a dos hombres visitantes en un pueblo del interior de México, como el forasteros responsables de secuestrar y violar niños. Los lincharon sin ninguna prueba y basados en rumores acrecentados por la aplicación de mensajería Whatsapp. Así de grave es la posverdad.


El derecho al acceso de la información da mucha tela para cortar. Y el debate queda abierto en el espacio de comentarios de ésta publicación.

Solo hemos querido colocar la piedra fundacional de una discusión importante que podemos abordar en ésta red, donde, precisamente, podemos hablar del tema sin temor a censura.

Gracias de antemano por leer.


La Organización de Naciones Unidas, declaró el 28 de septiembre de cada año como el Día Internacional del Acceso Universal a la Información. La organización asegura que: «El acceso universal a la información significa que toda persona tiene derecho a buscar, recibir y difundir información. Este derecho es parte integral del derecho a la libertad de expresión. Los medios de comunicación juegan un papel crucial en informar al público sobre temas de interés, pero también se basan en la capacidad de buscar y recibir información. Por tanto, el derecho al acceso universal a la información también está ligado al derecho a la libertad de prensa.»


Escrito y diagramación: @fermionico


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