Nos encantan las historias de amor y si le ponemos romanticismo al cortejo del caballito de mar, seguramente podríamos escribir una buena novela, que incluso pediríamos a los machos humanos imitar. La evolución de la vida tiene que ver directamente con la reproducción, de allí que las especies realicen rituales para atraerse y aparearse.
En una publicación anterior, les hablé del cortejo en el alacrán, también con interesantes rituales de baile, como el caso del Hipocampus. Lo cierto es que, para Darwin, las especies mantienen ciertas señales de selección sexual que definirán la eficacia del apareamiento.
En la naturaleza generalmente existen elementos constantes. Generalmente una hembra diferente al macho, en lo que se ha llamado dimorfismo o dicromía sexual (el macho, muy hermoso ante una hembra de colores o formas menos llamativa). La hembra es quien selecciona el macho y este, aplica modos de cortejo para demostrarle a ella que sus genes son los mejores.
Un macho no cría generalmente hijos de otro macho, por lo que buscará asegurar que él sea quien está copulando y fertilizando. La meta es tener la mayor descendencia posible y es por eso que, no se quedan con una sola pareja.
El Hipocampo es un pez monógamo
Las premisas anteriores nos lo decían, un macho sólo invierte energía en su descendencia ¡No en la de otro! De allí que la monogamia sea una manera de saber que las crías llevan su ADN.
Realizan un baile que dura hasta 8 horas.
Los caballitos de mar, hembra y macho se encuentran y comienzan un baile que a nuestros ojos es bastante romántico. La Bióloga Amanda Vincet nos dice que esto les ayuda a a reforzar sus lazos de pareja. Durante este baile, ambos evalúan su status reproductivo, necesario para la fase de la cópula.
¿Cómo se produce el apareamiento?
La hembra es quien colocará los huevos en una bolsa de tejido blando que posee el macho. Ella tiene una especie de protuberancia similar a un pene, el cual permite que estos lleguen a la bolsa y allí comience la fertilización y posteriormente el crecimiento de los embriones. Un macho normal puede llegar a expulsar más de 1500 crías de su bolsa, y luego de ello, quedan listos para aparearse nuevamente. Este proceso puede durar de 10 a 25 días.
Reflexionemos
No puedo asegurar que no existen sentimientos ¡No soy una caballita de mar! Sin embargo puedo asegurar que en la naturaleza todo se trata de reproducción. Los genes, tal como lo plantea Dawkins solo buscan perpetuarse, y es la razón por la que el macho monógamo asegura que tendrá una hembra para poder ejecutarlo. Si este macho está enfermo, la hembra no lo selecciona y allí puede acabarse la historia de amor que hemos creado. Cabe además destacar que, los mamíferos manejan el apego más que cualquier animal del reino animal y mantienen un cuidado exhaustivo de las crías.
¿Se han preguntado qué ocurre luego de que nacen las más de 1500 crías? Si bien es cierto el macho las puede parir ¿quién las cría? Pues ellos comienzan a defenderse solos, mientras sus padres vuelven a bailar para tener más, y esto es a lo que Darwin llamó aptitud darwiniana. ¿Seguimos pensando qué es romántico? Leo sus comentarios.
Para Cervantes Ciencias @alexaivytorres.
Referencias
¿SABÍAS QUE LOS CABALLITOS DE MAR CONQUISTAN CON UN BAILE?
Caballitos de mar: romance y extraños rituales de apareamiento
ECO-Cervantes // Información de actualidad ambiental
ÁREA: Ciencia
Titulo del artículo: La vacuna experimental de J&J protege a monos en un estudio con una sola dosis
Escribió para Cervantes Ciencia:
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