El Espejo de Walther | Contenido Original

Cuando uno llega a cierta edad, la juventud pasa desapercibida, muchas veces por las frustraciones de lo que hubiera sido si se hubiese tomado mejores decisiones en el pasado, decisiones que tal vez nos pudieron haber acercado un poco más a los objetivos y metas que siempre tuvimos; así nos vamos alejando cada vez más de nuestro enérgico «yo», aquél que una vez nos hacía correr y soñar como si el mañana fuera eterno, pero eso se acabó.

Mi nombre es Walther y he pasado años de mi vida buscando una manera de poder recuperar ese sentimiento perdido, aquella pequeña esencia llamada juventud que nos inspiraba a ser felices y no a vivir como muertos vivientes, fantasmas de carne y hueso que vagan por el mundo esperando el inminente e irrefutable final de nuestra existencia; lo logré, logré construir —aunque fuera accidentalmente— un espejo que es capaz de mostrar a todos esa juventud que yace dentro.

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Foto por Михаил Секацкий en Unsplash

Cuando las personas se enteraron, por supuesto que las reeacciones eran más negativas que positivas, en términos generales, todo motivado al hecho del escepticismo pero yo creo que era más un tema de miedo a enfrentar esa pérdida de la juventud que otra cosa, sin embargo, mis puertas siempre han estado abiertas y creé como una especie de exhibición donde las personas pueden pararse de pie frente al espejo, a unos pocos metros de distancia para buscar la respuesta que quieren encontrar.

La voz se corrió sobre este hecho y cada vez llegaban más personas a tocar mi puerta, interesados en poder descubrir sus verdades ocultas; me pareció bastante extraño, ya que siento que cada quién debería poder saber qué fue lo que dejó atrás al abandonar su juventud, sin embargo, cada cabeza es un mundo y entiendo totalmente el hecho de que para algunos sea un hecho majestuoso, así que, en definitiva he permitido que todos vengan a conocer y enfrentar sus realidades y sus secretos.

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Foto por Kevin Hendersen en Unsplash

Si les cuento la cantidad de personas de diferente índole, estilo, razas, sexo y demás que he visto entrar por mi puerta se sorprenderían, incluso he visto personas importantes, grandes magistrados, políticos públicos, presidentes y hasta la corona de muchos de los países que aún conservan su monarquía han venido a visitar mi morada para conocer la gran verdad detrás de sus almas, lo que más dejaron atrás durante su juventud y lo que muy probablemente ya no puedan recuperar más nunca.

Vinieron a entrevistarme una vez, y decidí cerrar el lugar, no me sentía muy bien para lidiar con tantas personas, porquea ya no podía descansar nunca, me sentía demasiado abrumado, pero tenía la potestad de decidir y eso me daba una sensación de soberbia que no podía quitarme de la cabeza, porque ¡realicé el mayor invento que la humanidad ha conocido en los tiempos actuales! ¡Yo lo hice! ¡¿Cómo no voy a sentirme orgulloso de ello?!

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Foto por mari lezhava en Unsplash

Pero no fue hasta que me hicieron una pregunta muy particular que perdí los estribos y no supe qué responder…

«¿Qué es lo que usted dejó atrás en su juventud?»
Se podrán imaginar el hecho, terminé postrado en mi sillón, meciéndome y dándome cuenta de que yo hice este invento y realmente no sé qué es lo que yo dejé atrás de forma particular en mi juventud, no recuerdo en qué momento la perdí y debo admitir que esto me perturbó demasiado; yo era el responsable de que muchas personas se fueran felices, enojados, llorando, pero yo no había enfrentado mi propia realidad, creo que sabía lo que tenía que hacer.

Recuerdo que esa noche, cuando se fueron las personas, cerré todas las puertas, apagué todas las luces de la casa y solo dejé encendida la de la habitación donde se encontraba colocado el espejo, me puse de pie frente a él con los ojos cerrados, tomé una bocanada de aire y me preparé para abrir los ojos… lo que vi… fue devastador.

Era mi propio rostro, actual, con sus arrugas y canas por todos lados, pero había un detalle importante que cambiaba toda la ecuación; en mi reflejo vi, que lo que dejé atrás en mi juventud… fue mi sonrisa.

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Foto por Travis Essinger en Unsplash

Luego de ese día, me di cuenta de que sacrifiqué mi propia felicidad por buscar algo que ya ni siquiera puedo recordar, porque realmente no sé qué estaba construyendo antes de lograr crear el espejo, porque fue completamente accidental pero creo que, pensándolo bien, fue más una manera de la vida de decirme, que había perdido mi felicidad buscando cosas efímeras y superficiales, porque realmente, el verdadero significado de la vida, es ser feliz.

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Foto por CHUTTERSNAP en Unsplash

Esta publicación es realizada en conmemoración del Día Internacional de la Juventud el cuál fue decretado cada 12 de Agosto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como un día de reflexión para la unión, colaboración y apoyo de forma intergeneracional, para erradicar las acciones discriminatorias que reciben hoy en día muchas personas por su edad, ya sean jóvenes o mayores en cualquier ámbito.


Escrito y diagramado: @ilazramusic

Edición: @fermionico


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